LA REGENCIA DE MARÍA CRISTINA (1833-1840).

LA REGENCIA DE MARÍA  CRISTINA (1833-1840).
      Al morir Fernando VII  su cuarta esposa, María Cristina de Borbón hija del rey de Nápoles Francisco y de su esposa María Isabel, hermana de Fernando VII, accedió a la regencia de España tal como estipulaba el testamento del rey, en nombre de su hija Isabel. Se había constituido un Consejo de Gobierno presidido por Francisco Cea Bermúdez y compuesto por absolutistas moderados con la pretensión de llegar a un acuerdo con los carlistas y proponía algunas tímidas reformas administrativas que no modificaban el sistema político vigente. La reforma más notable fue la  división provincial (49 provincias) llevada a cabo por Javier de Burgos en (1833) , que intentaba poner fin a la administración local del Antiguo Régimen, caracterizada por la falta de uniformidad y solapamiento de poderes.
     Tres meses después de la muerte de Fernando VII, María Cristina desposó en secreto con un guardia de corps, Francisco Muñoz y Funes, tuvieron siete hijos, cuatro de los cuales nacieron durante la regencia. María Cristina apenas despachaba con los ministros salvo con Nicolás Garelly, de  Gracia y Justicia. Frente al inmovilismo del Gobierno, los liberales que empezaron a llamarse "avanzados" y luego "progresistas" presentaron a la reina una serie de peticiones que  rechazó; las demandas que solicitaban consistían en restablecer la milicia urbana, promulgar una carta de derechos políticos, la reorganización de ayuntamientos y diputaciones, la revalidación de empleos y ventas de bienes nacionales procedentes del Trienio y la abolición de los gravámenes de los señoríos. Ante la insurrección carlista, el trono de Isabel que carecía de sólidos apoyos se tambaleaba y mandos militares y asesores políticos aconsejaron a la reina aproximarse al liberalismo moderado y nombrar un nuevo jefe de gobierno, Francisco Martínez de la Rosa, despectivamente llamado por estar a favor de componendas, "Rosita la Pastelera" fue elegido y tuvo que hacer frente a la epidemia de cólera de 1834 y la consiguiente matanza de frailes, 70 asesinados, porque el pueblo los consideró culpables de haber  envenenado las aguas. Y su reforma política más notable fue la promulgación de un Estatuto Real (10 de abril de 1834) que no era ni una constitución ni una carta otorgada, sino tan solo un conjunto de reglas para convocar unas Cortes que  seguían siendo las del Antiguo Régimen pero ligeramente adaptadas a los nuevos tiempos. Pronto se evidenció que las reformas eran insuficientes
 para una parte del liberalismo que estaba dividido entre moderados y progresistas. Éstos, descontentos con las tímidas reformas y apoyados por la Milicia Nacional, las Juntas Revolucionarias y el movimiento popular, protagonizaron una serie de revueltas por todo el país y las principales demandas eran: reunión de Cortes, libertad de prensa, nueva ley electoral, extinción del clero regular, reorganización de la Milicia Nacional y leva de 200.000 hombre para hacer  frente a la guerra carlista; con este panorama María Cristina llamó al poder al progresista Álvarez Mendizábal que quiso renovar el Estatuto Real, hacer una nueva ley electoral y conseguir ingresos para la hacieda pública mediante la desamortización; para la reina Mendizábal fue más allá de lo pensado y aprovechó la destitución de los generales Quiroga, San Román y otros señalados por su tibieza en luchar contra el carlismo, no firmando el decreto,  para sustituir a Mendizábal. En el otro extremo, el carlismo apoyado por los ultras y representado por don Carlos encontraba apoyos incluso en la "monja de las llagas", sor Patrocinio, en el mundo Mª Josefa Dolores Quiroga. Ante esta situación María Cristina nombró a un liberal moderado como era Istúriz que no tenía arraigo ni fuerza para frenar un nuevo alzamiento como los de Andalucía y la sublevación de los  SARGENTOS DE LA GRANJA  (12 al 14 de agosto de 1836), el cabecilla fue Alejandro Gómez que capitalizó el descontento general contra la reina y la chispa la produjo la prohibición de cantar canciones patrióticas a la tropa. Exigían que la reina impusiese la Constitución del 12 y María Cristina firmó el decreto que decía: "Como Reina Gobernadora de España, ordeno y mando: que se publique la Constitución política del año 1812 en el ínterin que reunida la nación en Cortes, manifieste expresamente su voluntad, o dé otra Constitución conforme a las necesidades de la misma. En San Ildefonso a 13 de agosto de 1836". El progresista José Mª Calatrava se hizo con el poder.
     Con los progresistas en el poder se asume la tarea de desmantelar las instituciones del Antiguo Régimen e implantar un sistema liberal, constitucional y de monarquía parlamentaria. La tarea más notable consistió en llevar a cabo una  reforma agraria de corte liberal a partir de tres grandes medidas: disolución del régimen señorial, desvinculación de fideicomisos y mayorazgos y la desamortización. Estas medidas fueron completadas con la abolición de los privilegios de la Mesta, la libertad de arrendamientos agrarios, la libertad de industria y comercio, la eliminación de las aduanas interiores, la abolición del diezmo eclesiástico etc.
     La idea de adaptar la Constitución de 1812 a los nuevos tiempos motivó la convocatoria a cortes constituyentes para elaborar la Constitución de 1837. Era de corte progresista y dejaba de lado cuestiones candentes como la ley electoral, ley de libertad de imprenta o ley de ayuntamientos.
     Las elecciones de 1837 dieron el triunfo a los moderados que llevaron a cabo una política encaminada a desvirtuar los logros progresistas como restricción de la base electoral, limitación de la libertad de imprenta y una ley de  ayuntamientos que permitía al rey nombrar a los alcaldes de las capitales de provincia. Se frenó la desamortización  y se pensó en restaurar el diezmo y devolver los bienes al clero. La ley de ayuntamientos enfrentó a moderados y progresistas que organizaron revueltas y atacaron a la reina y ésta prefirió dimitir antes que apoyar un gobierno progresista y así es como Espartero, vencedor de la guerra carlista, asume el poder iniciándose el gobierno-regencia.

     PRESIDENTES DEL GOBIERNO DURANTE LA REGENCIA DE MARÍA CRISTINA. 
1) Cea Bermúdez (Conde de Colombí)12.2.1833 - 12.1.1834. Despotismo ilustrado
2) F. Martínez de la Rosa, 15.1.34 - 7.6.35. Liberal moderado.
3) Conde de Toreno (José Mª Queipo de Llano),7.6.35 -14.9.35. Moderado.
4) M. Ricardo de Álava,14.9.35 -25.9.35. Liberal moderado.
5) Álvarez Mendizábal, 25.9.35 - 15.5.36. Progresista.
6) F.J. Istúriz, 15.5.36 -14.9.37. Moderado.
7) José Mª Calatrava, 14.8.36 - 18.9.37. Progresista.
8) Díez de Rivera, liberal
9) B. Espartero, progresista, 18.8.37
10) E. Bardají,progresista,1.10.37
11) Narciso de Heredia y Begines (Conde de Ofalia), moderado, 16.12.37
12) Bernardino Fernández de Velasco (Duque de Frías), progresista 6.9.38.
13) E. Pérrez de Castro, moderado, 9.12.38.
14) Antonio González, progresista, 20.7.40
15) V. Ferraz,progresista,12.8.40
16) M. Cortázar, progresista,29.8.40
17) V. Sancho,liberal,11.9.40.


















Comentarios

Entradas populares