FERNANDO VII: DEL MOTÍN DE ARANJUEZ A VALENÇAY (1808-1813)

B) FERNANDO VII: DEL MOTÍN DE ARANJUEZ (1808) AL TRATADO DE VALENÇAY (1813). Godoy  en 1807 con la aquiescencia de Carlos IV firmó con Napoleón el Tratado de Fontainebleau que autorizaba a los ejércitos franceses a entrar en España para atacar a Portugal aliada de Gran Bretaña que no secundaba el bloqueo continental decretado por Napoleón; se pactó el reparto de Portugal entre Francia y España y se le concedía a Godoy un principado en el Algarbe. Las tropas francesas (unos 65.000 efectivos) no se dirigieron directamente a Portugal sino que ocuparon las principales ciudades del norte de España ( San Sebastián, Burgos, Pamplona, Barcelona...) y Godoy temiendo que la familia real fuese prisionera de Napoleon decide trasladarlos a Aranjuez para desde allí llevárselos  a América como había hecho Juan VI de Portugal.
     Las tropas francesas unidas a otras españolas, al mando de Junot, se apoderaron fácilmente de Portugal, cuya familia real había huido a Brasil; en enero de 1808 tropas francesas se apoderan de varias plazas fronterizas y al mando de Murat, cuñado y lugarteniente de Bonaparte, se dirigen a Madrid, el pueblo español y parte de la nobleza acusan a Godoy de haber vendido la Patria a Napoleón y el 18 de marzo de 1808 estalla un motín en Aranjuez y la muchedumbre exaltada y dirigida por la nobleza palaciega y el clero asalta el palacio de Godoy que se salvó porque unos guardias de corps lo escondieron en un rollo de alfombras y consiguieron un doble propósito, la dimisión de Godoy y la abdicación de Carlos IV en favor de su hijo Fernando. Los amotinados consiguieron sus propósitos pero evidenciaron la crisis profunda de la monarquía. Carlos IV  escribió una  carta a Napoleón reclamando  su ayuda para  recuperar el trono. En esa carta le dice: "Señor mi hermano: V.M. sabrá sin duda con pena los sucesos de Aranjuez y sus resultas, y no verá con indiferencia a un rey que, forzado a renunciar a la corona, acude a ponerse en los brazos de un gran monarca, aliado suyo, subordinándose totalmente a la disposición del único que puede darle su felicidad, la de toda su familia y de sus fieles vasallos. Yo no he renunciado en favor de mi hijo sino por la fuerza de las circunstancias (:::) Dirijo a V.M.I. una protesta contra los sucesos de Aranjuez , y contra mi abdicación. Me entrego y enteramente confío en el corazón y amistad de V. M. (...). De V.M.I., su afectuoso hermano y amigo, Carlos (marzo de 18080).
   Godoy fue hecho prisionero y llevado al torreón de Pinto y el 2 de abril lo trasladaron al castillo de Villaviciosa de Odón. Fernando VII le confiscó todos los  bienes  y para marcar diferencias con la etapa de Godoy, anuló la desamortización de bienes eclesiásticos  (capellanías) y de organismos dependientes de la Iglesia (hospitales, Obras Pías, cofradías...) decretada en 1798; se interrumpió la venta del "séptimo eclesiástico" autorizada en 1805 por la Santa Sede;  mandó poner en libertad a Jovellanos y levantó el  destierro a Cabarrús, Urquijo y Meléndez Valdés y con honores levantó las penas a los condenados por el proceso de El Escorial. Ratificó en sus cargos a los componentes  del gobierno de Carlos IV, Pedro Cevallos, en Estado; José Antonio Caballero en Gracia y Justicia: Antonio Olaguer -Feliú en Guerra; Francisco Gil de Taboada de Lemus en Marina; Miguel Cayetano Soler en Hacienda; pero pronto prescindió de aquellos que se habían significado más godoyistas y así Soler es sustituido por Miguel José Azanza, Sebastián Piñuela por Caballero y Gonzalo O´Farril por Olaguer; pero todos ellos perdieron poder en favor de los "fernandinos" que hicieron como un consejo privado y de este modo el duque del Infantado volvió a presidir el Consejo de Castilla y a ser jefe de la Casa Real, el duque de San Carlos fue nombrado Mayordomo de Palacio y Escoiquiz pasó a ser consejero de Estado; a todo esto las tropas francesas ya habían llegado a Madrid y realmente era Murat quien mandaba.
     Napoleón logró con artimañas que Carlos IV, Fernando VII e incluso Godoy fueran a Bayona, prometiéndoles su apoyo para gobernar y a Godoy que recuperaría todos sus bienes. El 20 de abril el mismo día de la llegada a Bayona, Fernando VII, su hermano Carlos y quienes les rodeaban  (varios títulos de Castilla y altos cargos) conocieron la resolución de Napoleón de destronar a los Borbones, habían pensado que el verdadero peligro para ellos consistía en que Carlos IV fuese repuesto como rey por haber sido destronado por la fuerza. Posteriormente el 30 de abril llegó Carlos IV y María Luisa, tras las presiones de Napoleón, el mariscal Duroc y Godoy redactaron un tratado por el cual Carlos cedía al emperador todos sus derechos al trono de España e Indias y a la vez Fernnado (5 de mayo) renunciaba en favor de su padre que el día de antes lo había hecho en favor de Napoleón. A Carlos le ponía a disposición el palacio de Compiègne, le concedía en propiedad el castillo-palacio de Chambord con todas sus tierras y le fijaba una renta de  30 millones de reales pagaderos en plazos mensuales. Duroc y Escoiquiz  negociaron para Fernando, tratado solo como Príncip e de Asturias, la cesión de la hacienda Navarra, una pensión alimenticia de 500.000 francos, más una renta de 400.000 y era destinado hacia el château de Valençay propiedad de Talleyrand a donde llegó Fernando el 18 de mayo. Como la Junta Central y la Regencia no reconocieron la renuncia del rey y consideraban que estaba prisionero trataron de liberarlo; hubo varios intentos y todo fallidos entre otras cosas porque el propio Fernando no estaba seguro de si era un añagaza. Ya camino de Valençay unos comerciantes confiaban en raptarlo y escaparse por Burdeos; otros intentos fueron los diseñados por Palafox, por Juan Antonio Miguel Ferte o Ventura Malibrán, incluso la Junta de Tarragona hizo un plan al igual que el marqués de Ayerbe (Pedro Jordán de Urríes) o por el barón de Kolli. (En el libro de Carlos Franco de Espés: Los enigmas de Valençay. Fernando VII y la corte española en el exilio,1808-1814;  Zaragoza, 2019; pueden leerse todos ellos ampliamente).
     Medio centenar de séquito llegó con los príncipes que poco a poco fuer reduciéndose privándoles de sus consejeros y hombres de confianza. La vida era monótona pese a los esfuerzos que hacían para que asistiese a representaciones, aprendiese bailes etc. amén de los actos religiosos diarios. Se celebró por todo lo alto el matrimonio de Napoleón con la  archiduquesa de Austria María Luisa (15 y 16 de agosto) o la del nacimiento del heredero de Napoleón, el rey de Roma (9 de junio de 1811).
     El conde de La Forest, ex embajador de Napoleón en España, llegó a Valençay con la misión de negociar un acuerdo bilateral de paz con Fernando VII. Napoleón pretendía liberar sus tropas de España con el fin de hacer frente a la Cuádruple Alianza (Inglaterra, Austria, Rusia y Prusia). Por fin se firmó el Trtado el 11 de septiembre rubricado por La Forest y el duque de San Carlos y se establecía la paz entre  el rey de España y el emperador francés, se  reconocía a Fernando como rey, se desalojaban las plazas ocupadas por franceses e ingleses, los  afrancesados gozarían de todos sus derechos, empleos y honores y el compromiso de Fernando VII  de asignar una  suma de  30 millones de reales anuales a Carlos IV. Este tratado no fue ratificado por la Regencia constitucional pues se atuvieron al decreto  de 1 de enero de 1811 por el que se invalidaba cualquier acto del rey fuera de España, además el ministro de Estado Luyando manifestó que no se podía hacer aprecio del tratado porque rompía la amistad con Inglaterra. Por fin el domingo 13 de marzo  Fernando junto a su hermano Carlos y su tío Antonio salían hacia España.














Comentarios

Entradas populares